Me
enredé con el toldo, en mi desesperación por querer salir me caí, me fracture
la mano, todo a oscuras, cuando quise encender el foco la energía ya se había
ido, que angustia, fueron las expresiones textuales de Edita Basurto Álava, moradora
del recinto Puerto Nuevo, en la parroquia San Gregorio, al sur del cantón
Muisne y provincia de Esmeraldas.
La mujer
que hasta ahora permanece asustada, y quien perdió el pasado 16 de abril su
vivienda, dijo que desde esa fecha su vida se ha convertido en una pesadilla,
narró que el terremoto del 16 A, se encontraba al interior de su vivienda,
situada al filo de la vía que conduce a la parroquia San José de Chamanga,
cuando sintieron el terremoto decidieron correr, mientras observaban como se
desplomaba el balcón de la que fue su vivienda.
Comentó
que los salvó probablemente de morir o de recibir severas lesiones fue una rama,
la que estaba en la parte externa de la vivienda, expresó que junto a su esposo
quedaron atrapados por la estructura de hormigón, de la cual minutos después
pudieron salir.
En otra casa
Esto
obligó a la pareja de adultos mayores hacer uso de una vivienda contigua de una
planta, donde ahora han trasladado la pequeña tienda que venía prestando sus
servicios en la casa que colapsó.
Edita
refirió que desde los sismos del pasado miércoles de 6.8 grados en la escala de
Richeter, teme que la losa de la vivienda donde han instalado la tienda, les
caiga, por tal razón solo permanecen durante el día en el lugar, en la noche duermen
en una área donde criaban cerdos, pues en esa pequeña infraestructura dicen
sentirme más seguros.
Agregó
que producto de los recientes movimientos telúricos tiene sus rodillas
lastimadas, la mano fracturada, “Yo no pienso continuar aquí, apelo a la
sensibilidad de las autoridades en que nos ayuden con una casita, algo que esté
habitable, donde uno pueda descansar con tranquilidad”.
No hay tranquilidad
En
cambio su esposo Walter Verduga Zambrano, considera que lo que están viviendo
es difícil, el dijo que desde el 16 de abril del presente año ya no pueden
estar tranquilos, “La vivienda principal la perdimos, ahora estamos haciendo
uso de otra, Dios permita que esta no la perdamos”.
Comentó
que lo más importante es que tienen vida, pese a que confesó sentirse adolorido
por los fracturas que sufrió con el terremoto del 16 A, “Me duele la espalda,
cadera, y tobillo, pero no nos hemos quedado de brazos cruzados, decidimos
continuar” comentó don Walter.
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